“¿Qué
es mas valioso, un kilo de piedra o un kilo de oro. La pregunta es
completamente ridícula. Pero sólo para el comerciante. El artista responderá:
para mí, todos los materiales son igual de valiosos.(…)
El
artista tiene sólo una ambición: dominar de tal modo el material que vuelva
independiente su trabajo del valor del material en bruto. (…) No sólo la
cantidad, sino la calidad del trabajo realizado cuentan para valorar un objeto.(...)
La
reverencia ante los materiales caros, el signo más inequívoco de la condición
de parvenu en que se encuentra nuestro pueblo. (..) Ignora que la falta de
diamantes, pieles o fachadas de piedra no influye para nada en la elegancia.
Por ello, como no tiene bastante dinero, echa mano de sucedáneos. Una empresa ridícula.”
( Loos, A., "Materiales de Construcción", Dicho en el Vacío)
“Para
el artista, todos los materiales son igual de valiosos, pero no son igual de
adecuados para todas sus finalidades. La solidez y la producción exigen
materiales que, a menudo, no están de acuerdo con la finalidad propia del
edificio. (..)
Cada
material tiene su propia forma de expresión, y ningún material puede tomar para
sí la forma de otro material. Porque las formas se han hecho a través de la
utilidad y de la fabricación de cada material, se han hecho con el material y a
través del material. Ningún material permite una intromisión en su círculo de
formas. El que osa a hacerlo es marcado por el mundo como falsificador. Y el
arte no tiene nada que ver con la falsificación, con la mentira.(…)
(La
ley del revestimiento) dice así: La posibilidad de que el material revestido se
confunda con el revestimiento debe ser excluida en todos los casos. (..) La
madera puede pintarse con cualquier color, menos con uno, el color madera.”
( Loos, A., "El principio del revestimiento", Dicho en el Vacío)
Revestimientos de Afurada. Porto.
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